El capitán sin hueso y su ejército de mil mordeduras sin marca dicen que deberías tenerme miedo.

Mi postre favorito eres tú, abierta de piernas y tumbada en la mesa del salón. Ya sabes que me gusta que el tiempo nos tome y sentir en el reverso de tus piernas como la piel se te milimetra mientras te expandes suspiras y anhelas que siga y siga hacia abajo hasta  tocar el cielo, [un cielo que se convirtió en cenizas].