Soliloquiante, se te ve venir a millas poseidónicas.

En mi retórica sarcasmada tal vez gústame sufrir talque ondear sin hundir o rodar como un canto, decir que algo es malo porque sí en el contexto que sea aunque sepa que solo es una circunstancia por resolver o porque sinceramente es una mierda como el vino barato y la cola eroski, envolver en seda todo aquello que tiene que ver en mi mente con el encanto de un huesudo tufo que ya deshuele, pensar que un poquito de maría cambia mis energías para mal o para bien, ¿Y qué?, .

Aunque hace ya algún tiempo que su hedor no dice gran cosa, a veces me veo mientras duermo bajo la sábana mirando al llano, caminando por su piel, en línea recta hacia el Kilimanjaro. Otras montañas he visitado, llenas de colores y olores de sabores con encanto y más cariño que el que me dió el Kilimanjaro pero no se por qué, no se por qué, siempre vuelvo a sus pies.

Más fácil que contar historias es ser claro, colega monologuista, te suenas los mocos mientras los sorbes y subestimas las demás mentes mientras sobrestimas lo que crees saber de ellas, sin preguntar.



*para Victor, eres un cerdo y un cabrón y por tu propia actitud te has quedado solo y sin coche.

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